sábado, 29 de diciembre de 2012

Crítica: The possession

"The Possession" una de miedo de Ole Bornedal (No, ole no es torero ni español). El director de origen danés, concretamente Dinamarca, tiene una amplia carrera como guionista y director, y eso se nota. Ya que mi contento con esta possessión radica en el buen hacer creativo de este director, porque en esta cinta no se nos plantea nada demasiado nuevo, bueno tal vez todo el meollo estriba en el planteamiento de un objeto con un misterioso poder (como hicieran con "The box" de Richard Kelly) pero como pasa con historias del estilo, cuando se nos esboza un misterio tal nunca, por lo general, llega a cumplirse la expectativa, y esto tal vez reside en que nuestra mente pone en marcha los engranajes de nuestro imaginario y poco poder tendrá la pantalla como adversario ante nuestro mundo interior. Pocas películas han salvado esta expectativa recientemente cuando idean misterios así, "Lost" sucumbió al poder del misterio y todo se quedó en nada, aunque otras como "Sphere" o "Contact" si dieron cierta satisfacción a mi curiosidad, una por su simplicidad y la otra por canalizar ese misterio por los derroteros de la metáfora y un afán de dar un mensaje "algo" filosófico tal vez. Y en esta cinta pasa lo que en muchas otras. El bueno de Ole relata con clase lo que tanta serie B viene haciendo hace muchísimo tiempo con un relato que siempre llevará pegada la sombra de "El exorcista" de William Friedkin, que sigue y seguirá en mi podio personal como la única peli que realmente no me dejó dormir. No obstante para fans del género sí recomiendo "The possession" que sabe dosificar la tensión y su acierto radica en su director tanto como en la elección de la niña protagonista, una joven Natasha Calis de la que estoy seguro que volveremos a saber de ella. Una mocosa con una presencia abrumadora y una mirada que traspasa el celuloide. El sufrido papa de Em (el personaje interpretado por Natasha) es el hermano barato de Javier Bardem, Jeffrey Dean Morgan, y digo esto y me explico: Jeffrey no es mal actor, y no está mal en esta peli pero su lacra es parecerse a nuestro caro Javier (caro de valioso) y ser su coetáneo. Es cierto que Jefferey tiene cara de gorililla buenón pero es muy difícil que no me recuerde a Javier. Al margen de esto Jeff no está mal, para nada, lo que sí es un soberano fiasco es la química con la actriz que interpreta a su mujer Kyra Sedgwick con la que tiene tan poca mezcla como el aceite y el mercurio, o Sara Montiel y el Duque. Al margen de esto el peso de la película recae en la niña y el papi, gracias a Dios o a Javé. 
La peli tiene momentos de deliciosa tensión, y mezcla sabiamente los ingredientes de "El Exorcista" con el estilo de terror del cine japonés. Tiene secuencias de pelo como escarpia, aunque su desarrollo caiga en lo manido. Uno de sus poderes, o ases en la manga es comenzar con un "Esta película está basada en hechos reales" e inevitablemente eso me traslada a cuando vi por primera vez la aterradora "The Entity" con la fantástica Barbara Hershey y que al terminar el metraje te indicaban que estaba basado en hechos reales también y entonces a uno se le escapaba la cabecita del señor mojón. Bromas a parte este crédito nos arrastra durante todo el transcurso del filme. 

Y ahora, querido lector, primero mira la peli y luego lee lo siguiente. Porque como pone que está basado en hechos reales y yo soy un curioso nato, he buscado la historia real y es, si cabe, más interesante que la propia película y en lo que sigue os cuento la verdad que he encontrado por ahí. Así que si no quieres que esto que viene sea tu más maldito spoiler, deja ahora mismo de leer y mira la película y luego vuelve a mi!

En serio no leas.

En serio.

Vale. Quien avisa no es traidor.


La realidad es la siguiente, es la historia de una caja de madera subastada por internet que, supuestamente, oculta un espíritu demoníaco  en su interior: Un Dybbuk, un espíritu maligno según el folclore judío. La leyenda sobre la caja comenzó en la Segunda Guerra Mundial cuando su primer propietario huyó a Estados Unidos y que falleció en 2001 legando la caja a su nieta. Ese año un restaurador de muebles la compró a pesar de que la nieta le contó que nunca se abría ya que un dybbuk  vivía en su interior. El restaurador de muebles se ofreció devolverle la caja, pero la joven sufrió una crisis de nervios y se negó a aceptarla. Al abrir la caja el comprador encontró que contenía dos peniques de 1920, un mechón de cabello rubio, un rulo de cabello castaño y una pequeña estatua que tenía grabada la palabra hebrea "Shalom". En la película los objetos son un poquito diferentes, pero están claramente inspirados en estos. Y se cuenta que, después de comprar la caja, la madre del restaurador tuvo un ataque al corazón (un episodio recogido en el prólogo de la película) y su negocio se tambaleó. Desde entonces la caja ha cambiado de manos con frecuencia y varios de sus dueños han informado sobre fenómenos extraños. Iosif Neitzke, la última persona en subastar la caja en eBay, aseguraba que era la causante de la aparición de luces y fuegos en su casa y de que se le cayera el pelo. Todos los dueños de la caja han comentado sobre un extraño olor a amoníaco y pesadillas que involucran a una horrible anciana junto a la cajaActualmente la caja pertenece a Jason Haxton, un experto de un museo de Missouri que, a diferencia de los dueños anteriores, no cree en la historia de una maldición.





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